México, 1970
Elenco: Blue Demon, Mil Máscaras, El Médico Asesino, Tinieblas,
La Sombra Vengadora, Black Shadow, David Silva, Elsa Cárdenas,
Maribel Fernández La Pelangocha
Director: Federico Curiel
VIOLENCIA:
Como parte de su plan diabólico, Mano Negra hace que sus secuaces capturen a las participantes del concurso Señorita México, quienes además de ser interpretadas por reinas de belleza reales, resultan ser las, digamos, "protegidas" de los luchadores. Obviamente a los Campeones Justicieros no les hace ninguna gracia que Mano Negra someta a sus pupilas a experimentos de hibernación y con la colaboración de la Interpol y tras muchos apuros logran frustrar los planes del siniestro científico. La primera parte de la trilogía de los Campeones Justicieros, serie que con mucho se convertiría en la más demencial del género luchístico, fue una más de las cintas de luchadores dirigidas por Federico Curiel, de quien se puede decir que no le arredraba nada. Directores menos audaces lo hubieran pensado dos veces antes de aceptar el proyecto. Y es que nada más de pensar en tener que incluir a diez luchadores, una docena de enanitos vestidos con mallas rojas para pasar desapercibidos, además de media docena de representantes de la belleza de estados como Jalisco y Chihuahua, de las cuales sólo La Pelangocha lograría hacer una larga y fructífera carrera en el cine nacional, era suficiente como para que cualquier realizador mandara muy lejos al productor Rogelio Agrasánchez, responsable de esta obra de arte. Además, Los Campeones Justicieros tiene el defecto, o la ventaja, según se quiera ver, de tener demasiadas ambiciones para tan pocos recursos. Como es costumbre, la vasta conspiración criminal de la que forma parte Mano Negra se queda platicada, pues el presupuesto sólo alcanzó para mostrar los modestos Estudios América, aunque eso sí, en todas las escenas en las que aparece el maquiavélico doctor la banda sonora casi se transforma en un personaje más, a causa de la gran cantidad de efectos de sonido que acompañan a sus experimentos. Otra particularidad es que como los luchadores, las chicas y los enanitos están doblados, resulta que sólo Elsa Cárdenas y David Silva hablan con su propia voz, esto es al parecer tan confuso para los realizadores como lo es para el espectador: en cierto momento la voz de Blue Demon cambia de una escena a otra y con la costumbre de Mil Máscaras de cambiar de aspecto hay veces en que a uno se le olvida quién es quién. Como es de esperarse cada vez que el no muy coherente argumento no tiene a donde ir, se recurre a un tiro entre héroes y villanos. Se podría pensar que con tantos luchadores sería difícil que todos pudieran tener un papel importante en apenas 80 minutos pero resulta todo lo contrario, de hecho son tantos los encuentros entre los esbirros de Mano Negra y los Campeones Justicieros, que apenas da tiempo para una función de lucha libre, que es sólo un pretexto para mostrar un fallido atentado en el que por fortuna sólo Mil Máscaras resulta levemente herido. También se notan las carencias en las secuencias más vistosas: en una Blue Demon y Mil Máscaras interceptan un avión que transporta una carga muy valiosa para los malvados, pero lo que debería ser un avión de carga acaba siendo un humilde monoplaza y la otra gran escena es una lucha submarina entre nuestros héroes y un grupo de buzos, pero tampoco resulta tan espectacular como podría pensarse. La verdad es que este tipo de detalles no importan mucho: el delirante elenco es más que suficiente para satisfacer a cualquier incondicional del género luchístico, aunque en ciertos momentos éstos deban ensayar todo su repertorio de caídas y costalazos para simular que están siendo sometidos por los superpoderosos enanitos. Además de lo que ya mencioné hay traiciones, bombas, un auto arreglado a lo James Bond, una lucha entre los Campeones y los Hermanos Muerte, ametralladoras a la medida de los enanitos y muchas cosas más. Es cierto que también hay fallas constantes en la iluminación y la edición de la película: en las frecuentes escenas de pelea se vuelve difícil por momentos saber quién se la está partiendo a quién, y aunque se supone que los enanitos son prácticamente invencibles no deja de parecer abusivo que los luchadores para vencerlos los arrojen por los aires. A pesar de todos sus defectos Los Campeones Justicieros es una de esas películas que logran romper todas las reglas del séptimo arte y precisamente por eso son mucho más divertidas y memorables que las obras maestras (y del montón) realizadas correctamente pero que se desvanecen de los recuerdos del espectador en unos cuantos días. Sea esto como fuere, les aseguro que va a ser muy difícil que se olviden de esta emocionante aventura de los Campeones Justicieros, o de sus secuelas: Vuelven los Campeones Justicieros y El Triunfo de los Campeones Justicieros. En el cine mexicano solamente las obras de Jodorowsky se comparan en demencia con estas modestas cintas de aventuras. ¿No te latió? ¡Miéntamela! [email protected] Imagen de Mil Máscaras cortesía de Atomic Dragon, misterioso enmascarado quien además de luchar contra el crimen, se dedica a diseñar bonitas páginas web. |