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JUANA LA CUBANA

México, 1994
Elenco:
Rosa Gloria Chagoyán, Erik Estrada, Dean Butler, Irma Serrano, Raúl Magaña, Julián Pastor, Armando Araiza, Roberto Palazuelos, Pedro Infante Jr., Jaime Fernández, María Cardinal
Director: Raúl Fernández H.

SEXO:
VIOLENCIA:

ARGUMENTO:
En un país latinoamericano gobernado por un asqueroso dictador la única esperanza del pueblo es el ejército rebelde de la Comandante Zeta, quien resulta ser nada menos que la cantante más popular de la comarca, Juana la Cubana (Rosa Gloria Chagoyán). Con la ayuda de 2 agentes de la CIA, la Comandante Zeta/Juana la Cubana tratará de evitar que el general Peraza (Erik Estrada) ponga en práctica un plan para fabricar armas biológicas.

Rosa Gloria Chagoyán

COMENTARIO:
Era de esperarse que Rosa Gloria Chagoyán quisiera aprovechar la popularidad que había alcanzado con la serie de Lola la Trailera y con La Guerrera Vengadora (títulos que por supuesto aparecerán en este sitio en un futuro) para crear otro personaje que le permitiera seguir en el gusto del público.

En su momento, Juana la Cubana fue una de las últimas películas mexicanas de corte popular, anterior a cintas netamente clasemedieras como Cilantro y Perejil o Sexo, Pudor y Lágrimas (títulos que por supuesto no aparecerán en este sitio jamás), en ser exhibida en los cines, cuando la industria cinematográfica nacional agonizaba gracias a las malas decisiones de las autoridades incompetentes. Habrá que ver si películas como Guerrero o Angeluz logran que el público regrese a los cines para disfrutar del cine mexicano de verdad.

Todo parece indicar que Juana la Cubana, a pesar de la desmedida promoción que acompañó a su estreno, no logró convocar a un público lo bastante numeroso como para que se prolongara la serie durante varios episodios, como sucedió con Lola la Trailera. Esto a pesar de que en las escenas de acción se nota una inversión mayor a lo que nos tienen acostumbrados Sergio Goyri o Jorge Reynoso en sus películas de acción, con un nutrido contingente de extras actuando como soldados y una amplia variedad de vehículos entre los que se cuentan jeeps, camiones, motocicletas, helicópteros, avionetas y hasta buques de guerra y tanques, aunque se nota a leguas que estos últimos son hechizos.

Lo malo es que las secuencias de acción no son todo lo emocionantes que debieran porque están filmadas de manera que hasta el espectador más crédulo sabe exactamente lo que va a pasar: los villanos disparan y disparan y nunca matan a nadie, mientras que Rosa Gloria y sus amigos no fallan nunca. Mientras esto sucede los extras corren de un lado a otro sin ton ni son, como niños jugando a las guerritas.

Por supuesto que Juana la Cubana es una cinta hecha para el lucimiento de su actriz principal. Por eso no es sorprendente lo de la comandante guerrillera que en sus ratos libres se dedica a cantar y bailar en el Teatro Fru-Fru, aunque eso no le quite lo absurdo. Lo que sí es muy difícil de aceptar hasta para el espectador más benévolo es que los mediocres números musicales que aparecen en pantalla sean suficientes para transformar a alguien en "la máxima estrella del país", como se supone que pasa con Juana la Cubana. Igual de increíble es que la comandante de un ejército rebelde tenga que estar presente en todas las batallas y que casi siempre sea la que decida el curso de las acciones, arrojando cocteles Molotov o disfrazándose de doctora para infiltrar un laboratorio de alta seguridad.

El problema es que también es necesario creer que Rosa Gloria Chagoyán representa el ideal de belleza de todo un país, al grado que incluso su archienemigo el general Peraza no puede controlar sus ansias cuando se encuentra con ella. Lo más ridículo de todo es la escena en la que la Comandante Zeta se las ingenia para ganar una batalla quitándose la blusa y volviendo locas a las tropas enemigas con sus enormes pechos. Para que esto funcionara Juana la Cubana tendría que haber sido interpretada por Lina Santos o Vicky Palacios.

Claro que esto es cuestión de gustos. Seguramente habrá quien sueñe con Rosa Gloria Chagoyán y esas personas no querrán perderse Juana la Cubana, donde abundan las escenas en que esta voluminosa actriz aparece con ropa sugerente. Debo confesar que la belleza estilo "calendario de vulcanizadora" de la Chagoyán no acaba de convencerme.

En cuanto a los actores lo único que puedo decir es que espero que por lo menos les hayan pagado bien por el papelón que hacen aquí. Julián Pastor, como un sacerdote que apoya a la guerrilla, se limita a hacer comentarios dizque simpáticos, y eso que es uno de los personajes más importantes. Otro que sale bastante mal librado de su intervención en la película es Erik Estrada. Aunque en los anuncios se le mencionaban como una gran estrella a nivel internacional, la verdad es que Estrada no ha visto la suya desde que salió del aire Patrulla Motorizada (título original: CHiPs), la serie de televisión que lo lanzó a la fama. En esta ocasión tiene que pasar la vergüenza de salir con la voz doblada y ser sometido a la operación jarocha. También es muy extraño que siendo el dictador del país tenga que pedirle permiso a un ministro para atacar a los rebeldes.

Tal vez lo peor de Juana la Cubana sea que los responsables pensaron que estaban haciendo una película con mensaje. Nunca se menciona el nombre del país donde se ubica la trama pero es obvio que se trata de una versión disfrazada de Cuba, con gente que intenta escapar a Miami, agentes de la CIA intentando derrocar al régimen y un científico árabe desarrollando armas biológicas. Por supuesto que el mensaje que intentaban transmitir los realizadores nunca queda muy claro.

A pesar de todo el dinero que se invirtió en esto y el esfuerzo de los involucrados (es un decir), no puedo recomendar Juana la Cubana a menos que la protagonista de sus sueños húmedos sea Lola la Trailera. Hay películas mexicanas de acción más divertidas que esto.

-Marco González Ambriz

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D.R. @ 2001 Marco González Ambriz. Para reproducir cualquiera de los textos aquí incluidos pedir permiso a [email protected]

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