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México, 1960
VIOLENCIA:
ARGUMENTO: También se ve amenazado por Guillermo Lesman (Guillermo Alvarez Bianchi), emisario de una potencia extranjera que hará todo lo que esté en su poder para lograr que la fórmula caiga en sus manos. Esto a Caronte no le hace mucha gracia y se suscita entre el heroico enmascarado y los dos villanos una lucha sin cuartel en la que intervienen los autómatas de la muerte de Caronte (que son unos como zombies todos chilapastrosos), una banda de criminales al servicio de Lesman y el secreto de la transmisión de las almas. ![]()
COMENTARIO:
De las cinco películas en que apareció este personaje, los tres primeros fueron dirigidos por Federico Curiel y los restantes por Alfredo Crevenna. Todos se filmaron en los modestos Estudios América, que a la sazón servía a uno de los sindicatos de cine del país, el STIC, para realizar series de aventuras que en realidad eran largometrajes disfrazados y así capotearse un edicto presidencial que le reservaba al otro sindicato, el STPC, el privilegio de ser el único autorizado para realizar estas cintas. Se suponía que el STIC sólo podía participar en el rodaje de cortos con un máximo de media hora de duración. La calidad de estas "series" dependía, más que del guión, que normalmente era una variación de las típicas películas de aventuras o de vaqueros, de la presencia de buenos actores y el oficio de cineastas con experiencia en otras áreas que aprovechaban la oportunidad para dirigir. En este caso, el éxito de las aventuras de Neutrón se debió en primer lugar a su director, Federico Curiel. El buen Pichirilo (su nombre artístico) era uno de los pocos realizadores mexicanos, junto con Ismael Rodríguez y Gilberto Martínez Solares, que eran lo bastante inteligentes para saber que el público al que iban destinadas sus obras buscaba entretenimiento y no las tediosas crisis existenciales que tanto les gustan a los "genios" del nuevo cine mexicano. Curiel sabía que en el cine lo más importante es el espectáculo y se servía de un ritmo frenético que en el caso de Neutrón contra el Doctor Caronte hace que el espectador se olvide de las carencias de producción. Otro punto a favor de Curiel es su dirección de actores, siempre logrando que todos se ubiquen dentro del mismo estilo. Un problema frecuente en otras películas de bajo presupuesto es que cada actor está en un tono diferente. Este no es el caso con esta aventura de Neutrón en la que incluso el personaje cómico de Beto el Boricario está manejado con discreción. El guión de Alfredo Ruanova no puede considerarse innovador, pero está lo bastante bien planeado como para mantener el interés del espectador a lo largo de toda la trama. Aunque se incluyen bastantes elementos (dos enmascarados, la banda de criminales, los autómatas de la muerte y la bomba neutrón) el argumento nunca es confuso. Todos los actores cumplen con su obligaciòn, nunca tomándose las acciones demasiado en serio pero tampoco mostrándose por encima del material. Wolf Ruvinskis, Julio Alemán (quien se ve un poco torpe en las escenas de acción que le corresponden) y Rosita Arenas están bien pero Armando Silvestre tiene el mejor de los papeles protagónicos y tiene más tiempo en pantalla. Sin embargo, el que se lleva la película es uno de los villanos por antonomasia del cine nacional: Guillermo Alvarez Bianchi hace toda una creación en el papel de Guillermo Lesman, el astuto emisario de una potencia extranjera que se dedica a oír chidas rolas de Beethoven y Wagner en su estudio y demuestra ser un digno rival tanto de Neutrón como del misterioso Doctor Caronte. Se nota que le divertía enormemente su personaje y da la impresón que algunos de sus diálogos son improvisados. Tan importante es su actuación que en el momento en que Lesman se encuentra con un terrible destino y desaparece de la película disminuye un poco el nivel de la misma, aunque sigue siendo notable. La producción no es lujosa pero el productor Emilio Gómez Muriel se las ingenió para incluir un estudio de televisión, el laboratorio secreto del Doctor Caronte, el laboratorio del Dr. Thomas, la casa de Lesman, un cabaret y la guarida de los criminales, además de pasillos y mazmorras. Es muy probable que el set usado como la casa de seguridad de la banda de maleantes haya sido reciclado para servir como el muy amplio camerino de Rosita Arenas, pero aun así los realizadores hicieron milagros con el presupuesto, que no pudo haber sido muy elevado. Lo mejor de Neutrón contra el Doctor Caronte es que todo lo que ya mencioné y muchas otras cosas suceden en apenas 70 minutos. Las películas dizque de arte hechas en nuestro país duran el doble (pero parecen eternas) y no le llegan ni a los talones a esta divertidìsima y muy modesta pelicula.
-Marco González Ambriz
¿No te latió? ¡Miéntamela! [email protected] Imagen cortesía de Atomic Dragon, luchador enmascarado que en sus ratos de ocio, además de combatir el crimen, se dedica a diseñar bonitas páginas web. |