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![]() se complace en presentar: |
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México, 1990
VIOLENCIA:
ARGUMENTO: ![]()
COMENTARIO:
El principio es prometedor, con los ninjas malvados sometiendo a los guardias de la fábrica en escenas bien filmadas, aunque con una edición un tanto confusa. Sin embargo, el bajo presupuesto que es evidente a lo largo de toda la cinta obliga a los realizadores a basarse más en escenas de diálogo que en costosas secuencias de acción. A lo largo de toda la película sólo hay 3 escenas de artes marciales, además de la que ya comenté, hay una en un estacionamiento y otra, al final, que es la que le viene a partir la madre a toda la producción. Esto se debe a que en esta última escena, probablemente debido a la dificultad de filmar complicadas coreografías en locaciones poco accesibles, se tomó la decisión de filmarlas en un estudio. El remedio salió peor que la enfermedad, porque el escenario donde se grabaron estas secuencias no se parece en nada a las locaciones, no es más que un estudio cualquiera con un telón negro de fondo, mal disimulado por la iluminación. Cuando se combinan estas tomas con las otras, realizadas en una fábrica, se nota demasiado que se trata de dos lugares diferentes. Además, seguramente debido a la falta de experiencia a la hora de filmar escenas de este tipo, las coreografías se ven demasiado ensayadas, aunque quienes las realizan lo hacen bien. Una vez más, la edición no ayuda, aunque las peleas tienen la particularidad de ser algo sangrientas. Como la película se basa más en escenas dramáticas que de acción el que lleva el peso de la cinta es Germán Robles, quien fuera el protagonista de uno de los pocos clásicos del cine de terror hechos en México, El Vampiro, y quien gracias a su distinguida interpretación logra que El Ninja Mexicano sea entretenida a pesar de que no sucede gran cosa. ![]() El personaje principal está a cargo de Leonardo Daniel, como el aparentemente teto hijo del magnate que interpreta Robles. Al parecer los guionistas, Fernando Pérez Gavilán y Antonio Orellana, planearon que la identidad del ninja fuera un secreto, y el director les siguió la corriente, pero es muy obvio para cualquiera que haya leído los cuentos de Superman o Batman que el apocado junior es en realidad un temible ninja. Ya estamos muy acostumbrados a las identidades secretas de Clark Kent y Bruno Díaz para sorprendernos con algo así. Los otros actores se desempeñan adecuadamente, desde Eduardo Liñán como el iracundo detective que intenta descifrar las causas de los crímenes cometidos por los ninjas hasta Felicia Mercado como la traicionera Tatiana, aunque algunos están desperdiciados, como Agustín Bernal o Azela Robinson. Hay algunas incoherencias que en el subgénero de los ninjas con casi parte del folklore: se supone que los ninjas andan cubiertos de pies a cabeza para escabullirse a través de edificios en la noche, pero es ilógico que también anden vestidos así a plena luz del día. Es igual de tonto que los ninjas buenos anden vestidos de blanco, pero se supone que esto es una muestra de su pureza o algo así. Las producciones gringas como American Ninja tampoco son un portento de lógica y buen gusto por lo que se le puede perdonar a este Ninja Mexicano que sus aventuras sean medio mensas. Lo que no se puede negar es que las pocas películas mexicanas de artes marciales están muy, pero muy lejos de los clásicos orientales como Eight-Diagram Pole Fighter, Legendary Weapons of China o Swordsman. El único consuelo que nos queda es que las producciones gringas tampoco son muy apantallantes que digamos. Las películas de artes marciales estelarizadas por Don Wilson, Jeff Speakman o Billy Blanks no se comparan a las de los hermanos Yuen, Sammo Hung o Jet Li.
-Marco González Ambriz
¿No te latió? ¡Miéntamela! [email protected] Imágenes cortesía de David Wilt, webmaster de The Mexican Film Resource Page. |