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México, 1988
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COMENTARIO: ![]() Para hacer tiempo el guión está lleno de diálogos de doble sentido ("Cuando fui a La Paz me pasearon, cuando fui a Hermosillo me hermosearon y cuando fui a Culiacán, ¿qué crees que me hicieron?") en lugar de enredos o situaciones inesperadas. Se trata de una película demasiadamente dialogada, donde todo se resuelve a base de bla bla bla. Esto podría servir para que uno renovara su repertorio con la sana intención de cabulear a los cuates, pero como la mayoría son albures de kinder, como en los programas "cómicos" de Televisa ("no me gusta que me tomen la delantera", "me das miedo"), tampoco hay mucho que aprender. Todavía si en los diálogos se incluyera el calambur de alta escuela, tipo Chaf y Queli, Las Borrachas podría ser una película educativa y cultural. Las 2 historias que se incluyen en Las Borrachas, la de los recién casados y la del matrimonio en problemas, son bastante aburridas. La despedida de soltera de Linda es casi tan excitante como una reunión de Provida y la visita que Gilda y su criada Chana (Ma. Luisa Alcalá) hacen a un bar de putarracos para averiguar si Piero es del otro bando tampoco es muy simpática. ![]() Como de costumbre, lo que hace soportable a la película son las actuaciones. La todavía cogible Isela Vega en el papel de la esposa insatisfecha y El Flaco Ibañez como el gandallesco Beto ofrecen las interpretaciones más destacadas. El resto del elenco hace lo que puede con personajes muy poco desarrollados. Jacaranda Alfaro aparece en una sola escena, en el papel de una psiquiatra con tendencias tortilleriles, mientras que María Luisa Alcalá aparece a lo largo de toda la película repitiendo su típico personaje de gata igualada. Un grave defecto de Las Borrachas es que para ser una comedia sobre sexo no contiene casi nada que pueda inspirar malos pensamientos. Los que vean esta película con la esperanza de solazarse con las náilon de Lorena Herrera, o ya de jodida las de Leticia Perdigón, se tendrán que conformar con verlas en ropa interior. Ni modo. Se la tendrán que chaquetear otra vez con sus videos de Jenna Jameson. ![]() Se me olvidaba. El título de Las Borrachas es porque casi todas las actrices aparecen en estado incróspido. No se guacarean encima ni se orinan sin querer, algo que sería realmente divertido, simplemente caminan de ladito y hablan como si tuvieran la boca llena de canicas. A fin de cuentas, creo que éste es el principal problema de la película. Es mucho más divertido juntarse con unos valedores con un pomo o un cartón y chupar hasta vomitar negro que ver esta comedia.
- Marco González Ambriz,
14 de octubre de 2002 ¿No te latió? ¡Miéntamela! [email protected]
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