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EL MOCHAOREJAS

México, 1998
Elenco:
Valentín Trujillo, Ramiro Montaño, Roberto Flaco Guzmán, Lourdes Deschamps, Eva Garbo, Ramiro Gutiérrez Uriarte, Guillermo Azpegorta, Andy Valdez
Director: Angel Rodríguez Vázquez

SEXO:
VIOLENCIA:

ARGUMENTO:
Un camionero (Ramiro Montaño) es asaltado por una banda de falsos judiciales al mando de El Terremoto (El Flaco Guzmán) y al oponer resistencia los maleantes le cortan una oreja a su hijo. Buscando vengarse acude a su compadre (Valentín Trujillo) y entre los dos rastrean al criminal para hacerse justicia.

COMENTARIO:
Así como hay directores, guionistas y actores que se esfuerzan en presentar un producto digno a pesar de trabajar en condiciones que desanimarían al más pintado, en el mundo del videohome también abundan los que aprovechan cualquier circunstancia para llevar agua a su molino y que con tal de ganarse una lana se pasan la ética por el arco del triunfo.

Tal es el caso de Angel Rodríguez Vázquez, director de cosas como Las Paradas de los Choferes y Kung Fu Mortal. Para muchos de ustedes lo más interesante de su producción puede que sea Traficantes de Sexo, una mezcla de nota roja y pornografía XXX que no es tan recomendable como se podría pensar. Otra obra suya que es mejor evitar es Aguas Blancas, un aburridísimo videohome también estelarizado por Ramiro Montaño que transforma la tristemente célebre matanza de campesinos en una trivial revancha entre familias.

El verdadero Mochaorejas

No conforme con aprovechar esa tragedia, Rodríguez Vázquez se volvió a unir al productor y guionista Ramiro Montaño para rodar un segundo videohome que no tiene nada que ver con el caso de la vida real que le da título. Todo lo contrario de La Banda del Mochaorejas, de Christian González, que intentaba llevar a la pantalla los crímenes de Daniel Arizmendi y la corrupción de las autoridades. Aquí el villano es un vil ratero apodado El Terremoto ("porque es un destructor") que le corta una oreja al hijo del protagonista sólo para darle a los productores la oportunidad de engañar al público.

Esto sería indignante si no fuera porque el director hace gala de la misma falta de pericia que había mostrado en sus otras cintas. El Mochaorejas es un video del montón, con un par de canciones a cargo de Ramiro Montaño para darle algo de variedad y una secuencia donde él y Valentín Trujillo recuerdan cómo ganaron su camión en una carrera de caballos que sólo sirve para hacer tiempo.

Nunca se entiende cómo los héroes se las arreglan para seguirle la pista al Terremoto. A pesar de que Valentín Trujillo declara que "los vamos a encontrar y les vamos a cobrar ojo por ojo y oreja por oreja" parece que su plan consiste en recorrer las carreteras hasta que los mismos maleantes los vuelvan a asaltar. Por supuesto que tarde o temprano los camioneros se topan con El Terremoto, pero todo es tan ilógico que es imposible sentirse involucrado. Un ejemplo de esto es que en ningún momento se menciona cuánto tiempo transcurre desde que los protagonistas empiezan su búsqueda hasta que logran su cometido.

Es precisamente esta ineptitud lo que hace un tanto soportable a este falso Mochaorejas. Se supone que la historia es dramática, pero la manufactura es tan mala que la película siempre está al borde de la parodia. Las escenas de acción, sobre todo la confrontación final entre los camioneros y El Terremoto, están tan mal hechas que parecen un homenaje a Los Tres Chiflados, aunque la banda sonora diga otra cosa. También puede resultar divertido ver cómo Ramiro Montaño y Valentín Trujillo provocan una balacera cuando llegan a un antro donde se oculta El Terremoto y al día siguiente se presentan en el mismo local como si nada hubiera sucedido. ¿Y la policía? Bien, gracias.

Hay una escena en particular que cae de lleno en el humor involuntario: nuestros héroes irrumpen en la residencia del villano pistola en mano, atan a la servidumbre y cuando la esposa del Terremoto (Eva Garbo) se niega a denunciarlo, Ramiro Montaño le responde: "Señora, lo que usté está haciendo es falta de educación." Lo que sigue es todavía más ridículo: como la mujer desconoce el Manual de Carreño, los protagonistas deciden cortarle una oreja y enviársela al Terremoto, que se burla del infortunio de su media naranja. Al enterarse de esto, la señora comprende que su marido no es el pan de Dios que ella creía y se pone del lado de los camioneros. Lo peor es que esto es lo más entretenido de toda la película.

En cuanto a las actuaciones no hay mucho que decir. Ramiro Montaño como actor es un buen cantante. Valentín Trujillo está muy lejos del hombre de acción que solía interpretar en películas como Un Hombre Violento o Ratas de la Ciudad, se le ve desmejorado. Lourdes Deschamps y Eva Garbo cumplen su función como atractivo visual. Por su parte, El Flaco Guzmán interpreta el mismo papel que ya le hemos visto en otras ocasiones, sin mucho entusiasmo. Es evidente que los actores sabían que el resultado iba a ser un videohome de la más baja calaña. Parecen estar menos preocupados por sus personajes que por recibir su cheque y pagar las letras del refrigerador.

Los que ya estén acostumbrados a este tipo de cine tal vez quieran ver El Mochaorejas por la ración de humor involuntario que contiene. Si son nuevos en esto y todavía no han desarrollado los anticuerpos necesarios para soportar algo así, será mejor que la eviten.

- Marco González Ambriz
5 de marzo de 2002

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(c) 2001-2002 Marco González Ambriz. Las imágenes correspondientes a las películas son propiedad de los productores de las mismas, se usan aquí con fines de comentario, análisis y chacota. Para reproducir cualquiera de los textos aquí incluidos pedir permiso a [email protected]