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(Blue Demon y Zovek en la Invasión de los Muertos)

México, 1971
Elenco:
Zovek, Christa Linder, Blue Demon, Polo Ortín, Raúl Ramírez, Carlos Cardán
Director: René Cardona

VIOLENCIA:

ARGUMENTO:
El increíble profesor Zovek es requerido por el doctor Bruno Volpi (Raúl Ramírez) y su buenérrima hija Erika (Christa Linder) para investigar unas misteriosas pinturas rupestres. Gracias a sus poderes psíquicos, Zovek descubre que los garabatos son la profecía de una calamidad cósmica que amenaza a los habitantes de la Tierra. Al mismo tiempo Blue Demon investiga una serie de fenómenos sobrenaturales. Los peores temores de nuestros héroes se ven confirmados cuando una bola de fuego cae del cielo y provoca que los muertos se levanten de sus tumbas y amenazen a los vivos.

Fotomontaje de La Invasión de los Muertos

COMENTARIO:
Al principio un narrador menciona la posibilidad de que existan planetas superpoblados en otras partes del universo cuyos habitantes intentarán llegar a la Tierra y justo cuando empieza a parecer coherente el tipo sale con citas bíblicas que no tienen nada que ver con lo que acaba de decir. Para no quedarse atrás Zovek al ver los jeroglíficos descubiertos por el doctor Volpi habla de los pueblos oprimidos y de los monjes tibetanos, lo cual tampoco sirve para explicar por qué los muertos atacan a los vivos.

El misterio más grande de todos es por qué los productores decidieron filmar La Invasión de los Muertos inmediatamente después de El Increíble Profesor Zovek. En efecto, la secuela a la que sería una aceptable cinta de aventuras estelarizada por el célebre escapista se empezó a filmar apenas 3 semanas después de la primera parte, que se estrenó casi 2 años después. No es raro que los productores decidan aprovechar los sets o los actores y realizar 2 o más películas al mismo tiempo, como sucedió con las últimas apariciones de Boris Karloff en pantalla, que fueron una serie de cintas fantásticas mexicanas rodadas simultáneamente.

Zovek en aquella época era célebre por sus apariciones en la televisión, pero no parece muy sensato apostar por una nueva luminaria cuando falta más de un año para conocer la respuesta del público en taquilla. Por supuesto que los realizadores no tenían forma de saber que Zovek fallecería en un accidente antes de que cualquiera de las dos películas se estrenara, pero su decisión resulta del todo inexplicable cuando uno ve el resultado de este afán por exprimir el tema lo más posible.

Como película de terror o ciencia ficción, La Invasión de los Muertos no funciona. En ningún momento se entiende por qué el asteroide que cae en la Tierra provoca que los muertos se salgan de la tumba y ataquen a los vivos, aunque lo más lógico es suponer que de esta manera el guionista (René Cardona Jr.) podía enfrentar a sus héroes con una horda de monstruos sin tener que gastar un centavo en escenografía o caracterización. Como toda la historia sucede en un paraje desolado, donde el único habitante parece ser Carlos Cardán, y como los muertos no muestran signos de descomposición, pues son interpretados por extras sin una gota de maquillaje, los realizadores se ahorraron el sueldo del escenógrafo y de los maquillistas.

Zovek arrimándole el mueble a Christa Linder

El único inconveniente de este método es que el mayor interés que tenía la primera película de Zovek era precisamente la ambientación y la aparición de unos cuantos monstruos, lo que al ser suprimido de la segunda aventura del escapista da como resultado que La Invasión de los Muertos carece de cualquier rasgo que la pueda hacer interesante o divertida.

Si creen que la aparición de Blue Demon es lo que salva a la cinta, lamento informarles que este no es el caso. El Manotas casi siempre se tenía que conformar con hacerle segunda al Santo y en esta ocasión los realizadores se la volvieron a aplicar ya que Zovek resulta ser el ganón. El increíble profesor tiene la oportunidad de mostrar otro de sus actos de escapismo, en el mismo escenario, con los mismos asistentes y con el mismo presentador que en la primera película, y además tiene la oportunidad de pilotear un helicóptero, interpretar unas misteriosas pinturas rupestres y salvar a la humanidad. Todo esto es poco si se le compara con el principal beneficio de ser el héroe de la película: con el pretexto de defenderla de los zombies Zovek se pasa hora y media arrimándole el camarón a la guapísima Christa Linder.

En cambio a Blue Demon le toca bailar con la más fea: no tiene una sola función de lucha libre en la cual lucirse, se pasa media película encerrado en su cuartel general, que en realidad parece el cuarto de los tiliches del productor, todo lleno de muebles rotos y periódicos viejos, y a falta de una güerota a quien perrear se tiene que conformar con los pésimos chascarrillos de un Polo Ortín en lucha constante con el guión. Como no tiene forma de exhibir su habilidad en el pancracio el buen Manotas aprovecha la menor oportunidad para mostrar sus dotes de enciclopedia ambulante: los que llegan a informarle de apariciones misteriosas o fenómenos psíquicos no se salvan de que Blue Demon les de una cátedra de los experimentos de Vesalio en el siglo XVI, de los crímenes de Burke y Hare o de meteorología. Cuando finalmente se decide a investigar es solamente para luchar con unos soldados poseídos y con el mismo monstruo que Zovek ya había derrotado en su primera aventura. Para acabarla de fregar Blue Demon ni siquiera se encuentra con Zovek en el transcurso de la cinta y su única aportación para salvar a la humanidad es darse de costalazos con los zombies antes mencionados.

Es evidente que las escenas con Blue Demon fueron añadidas a toda prisa cuando los productores se dieron cuenta de que ver a cincuenta extras correteando a Zovek en un llano estaba muy lejos de ser una experiencia memorable. Sinceramente, creo que aunque hubieran sacado a Christa Linder encuerada La Invasión de los Muertos no se salvaría de ser una de las películas de aventuras más tediosas de que se tenga noticia. Iba a escribir que esta es la peor cinta de luchadores enmascarados que existe, pero ese honor le corresponde a Chanoc y el Hijo del Santo contra los Vampiros Asesinos.

- Marco González Ambriz,
8 de agosto de 2002

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